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La gran apuesta de la industria colombiana de la joyería y bisutería
Alemania, Chile, Estados Unidos, Francia, Suiza, Costa Rica y Perú son países que ofrecen grandes oportunidades para los productos de joyería y bisutería colombianos, pues son los países que más exportan accesorios debido a la alta demanda que tienen en esos lugares.
Esta industria cuenta con una amplia oferta que va desde piezas únicas hasta la producción a gran escala, trabajadas con materiales como oro, plata, esmeraldas, piedras preciosas y semipreciosas, semillas, entre otros materiales autóctonos, que han venido conquistando el mercado externo.
Hablando con cifras, en 2010 se vendieron menos de US$1 millón en joyas,mientras que en 2016 la cifra sumó US$4,5 millones, según análisis de Procolombia. Por otro lado en bisutería el dato se redujo al pasar de US$24,3 millones en 2010 a US$19,3 millones en 2016. A noviembre de 2017 las ventas al exterior de joyería y bisutería llegaron a US$26,1 millones y los países a los que más se exportó fueron Ecuador, Estados Unidos, México, Bolivia y Perú, de acuerdo con cifras del Dane.
Joyería y bisutería colombiana con potencial de exportación
ProColombia identificó oportunidades y tendencias de la industria de joyería y bisutería de Colombia en mercados internacionales como Alemania, Estados Unidos, Suiza, Francia, México, Costa Rica, Ecuador, Perú y Puerto Rico.
La tendencia del sector de joyería y bisutería en los mercados mundiales es hacia productos hechos a mano con énfasis en la calidad de los detalles que imprimen diferenciación y exclusividad. Piezas de arte elaboradas por artesanos y diseñadores están mandando la parada, por lo tanto, los diseños y productos colombianos tienen un gran potencial para diferenciarse de grandes competidores mundiales gracias a los diseños ancestrales que los caracterizan.
El furor de las joyas colombianas
Diseños vanguardistas, materiales mixtos y propuestas conceptuales: la joyería colombiana está en su mejor momento.
La palabra ‘joya’ todavía es señal de exclusividad, de estatus. Y eso es, claro, porque su definición remite a las piedras preciosas, cuyos precios suelen ir más allá de un poder adquisitivo promedio. Diamantes, esmeraldas, oro, plata… Todas aluden, como mínimo, a la prosperidad. Sin embargo, hay buenas nuevas: el diseño vive de cuestionar los términos, y hoy, Colombia está aportando a dar un vuelco.
Están borrando, por ejemplo, las dicotomías. Desde hace unos 20 años hasta el presente, explica Pilar Luna, periodista y empresaria experta en moda, las nociones más clasistas de los accesorios (la ecuación joyería = ‘exclusivo’, y bisutería = ‘popular’, por ejemplo) se han estado mezclando. “Y hoy no necesariamente hay que usar materiales de lujo para hacer joyería de alta gama”, explica.